Todas las personas que usamos gafas sabemos de la atención que hay que prestar al cuidado de las lentes. Antaño, las lentes se fabricaban con cristal mineral, un material duro y difícil de rayar. Pero este tipo de cristal también tiene sus inconvenientes, ya que es muy pesado y muy frágil ante los impactos.
Por este motivo, actualmente, la mayoría de lentes se fabrican con cristal orgánico, que es un tipo de polímero plástico mucho más ligero y difícil de romper con un impacto. ¿Cuál es el problema de los cristales orgánicos? Que son más proclives a rayarse.
Las lentes rayadas son verdaderamente molestas, además de que pueden conllevar que forcemos más los ojos y acabar con la vista cansada, dolores de cabeza, etc. Y, cuando los cristales están muy rayados, lo más probable es que se vuelvan ineficaces y nos tengamos que plantear cambiarlos, con el consiguiente trastorno y gasto económico que conlleva.
Por este motivo, si quieres saber cómo evitar que se rayen tus lentes, te vamos a dar unos consejos prácticos que te ayudarán a alargar la vida de los cristales de tus gafas.

Límpialas adecuadamente

Si eres de los que usa las gafas durante todo el día, lo normal es que necesites limpiarlas frecuentemente. Por mucho cuidado que tengas, siempre se acaban ensuciando, y la limpieza es un punto clave para el mantenimiento de las lentes.

El consejo básico y fundamental es que nunca hay que limpiar los cristales de las gafas en seco. En las ópticas puedes encontrar líquidos específicos para hacerlo adecuadamente, junto con un paño suave. Si no tienes a mano uno de estos productos, también las puedes lavar con agua y jabón. El agua desprenderá las partículas que puedan rayar las lentes, y el jabón eliminará los restos de grasa que se hayan acumulado y puedan atraer polvo o arenilla, peligrosos para la integridad de los cristales.
Lo que no debes es secarlas nunca con un secador, ni limpiarlas tampoco con alcohol o colonia, ya que estos líquidos pueden afectar a los tratamientos que lleven las lentes y dañar el material del que están hechas las monturas.

Guárdalas a buen recaudo

Este consejo es útil, sobre todo, para las personas que no usan las gafas de un modo continuo. En muchas ocasiones, por dejadez o comodidad, se dejan las gafas apoyadas en cualquier sitio, algunas veces incluso peligroso. Con esto, innecesariamente exponemos las gafas a que se manchen, se rayen o se caigan.

Para evitarlo, nada mejor que guardar las gafas en el sitio adecuado: su funda. Aquí, no solo se mantendrán más resguardadas del polvo y la suciedad, sino que también las conservarás en un entorno robusto que las proteja de rozaduras y golpes. La solución óptima son las fundas rígidas, pero si estás usando fundas de tela o de un material más blando, ten cuidado de que no se aplasten, sobre todo cuando las metes en el bolso, ya que las lentes se pueden estropear incluso con el roce de las propias varillas.

No caigas en la tentación de los remedios caseros

A pesar de que amigos, vecinos y blogs de internet te cuenten maravillas sobre remedios caseros para limpiar las gafas y eliminar los rayones de las lentes, mantén una precaución extrema. No queremos decir que estos consejos sean malintencionados, pero sí que pueden resultar peligrosos para el mantenimiento de tus cristales.

Sobre todo, tienes que huir de esos trucos con los que arreglar los rayones, que pueden incluir el uso de productos como pasta de dientes o bicarbonato. Lo más probable es que el remedio sea peor que la enfermedad y tus lentes acaben en peor estado que al principio.
Si se te han rayado las lentes de las gafas, lo mejor es que acudas a una óptica y dejes que los profesionales evalúen los daños y te den una recomendación mucho más precisa sobre lo que debas hacer.

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