Salud visual

Consejos para evitar la sequedad ocular

El síndrome del ojo seco es una dolencia que afecta a millones de personas en todo el mundo. Es una enfermedad crónica y progresiva, pero, en muchos casos, puede ser controlada con éxito.
Las causas que motivan los ojos secos son, principalmente, la falta de lubricación y humectación sobre la superficie del ojo. Esto, normalmente, se debe a la falta de lágrima o a la mala calidad de ésta, y termina por afectar a la córnea y a la conjuntiva.

¿Cuáles son los síntomas del ojo seco?

Al ser una enfermedad que aparece de forma progresiva, muchas veces no somos conscientes de tener que atender a los síntomas que nos avisan de su presencia. Si quieres saber cuáles son las señales que te avisan de que estás padeciendo el síndrome del ojo seco, éstos que te vamos a poner a continuación son los más habituales.

  • Sensación de quemazón
  • Picazón en los ojos
  • Ojos cansados
  • Ojos doloridos
  • Sensación de sequedad
  • Ojos rojos
  • Sensibilidad a la luz
  • Visión borrosa
  • Pesadez en los párpados

Y ¿cuándo pueden aparecer estos síntomas?

En realidad, no hay una edad o etapa en la vida exenta de la aparición de los ojos secos. Pero sí es cierto que hay etapas o situaciones en las que es más fácil que surja esta dolencia.

  • Con la edad, sobre todo en personas mayores, ya que la secreción ocular disminuye de modo natural.
  • En épocas de cambios hormonales, ya sea por medicación como por causas naturales (embarazos, menopausia, etc.)
  • Durante tratamientos médicos que conlleven el consumo de ansiolíticos, antidepresivos o antihistamínicos.
  • A causa de enfermedades como la conjuntivitis vírica severa.
  • Por malos hábitos como el tabaquismo.
  • Por el uso excesivo o indebido de lentillas.
  • En algunas ocasiones, a causa de cirugía refractivas.
  • Otros hábitos como la lectura prolongada, el uso continuado de ordenadores y dispositivos móviles, volar frecuentemente, etc.

¿Cómo se puede prevenir y tratar el ojo seco?

Si se tienen algunos de esos hábitos o situaciones que pueden favorecer la aparición del ojo seco, lo recomendable sería tratar de reducirlos en la medida de lo posible. Por ejemplo, en el caso del tabaco, obviamente lo mejor es dejarlo (y no solo por esto); si se tiene que utilizar el ordenador o dispositivos móviles con frecuencia, hay que mesurar su uso y hacer descansos de un modo frecuente, o utilizar humidificadores en espacios cerrados; en el caso de usar lentillas, respetar las indicaciones y alternarlas con gafas, y gafas de sol.
También es bueno seguir una alimentación adecuada, que proporcione nutrientes que favorezcan la secreción ocular, con alimentos como los frutos secos o el pescado azul, que son ricos en omega 3.
Por último, el uso de lágrimas artificiales también puede resultar muy beneficioso para atenuar los síntomas del ojo seco.
En el caso de que el síndrome del ojo seco sea más intenso y no se pueda atenuar de un modo personal, lo recomendable es acudir a un profesional que pueda ofrecer un tratamiento médico para aliviar las molestias y reducir su progresión.

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