Las gafas son artículos bastante delicados. Es cierto que hay gafas más delicadas y otras que menos, según el uso que le des y, sobre todo, el material y el diseño que tengan. Pero, incluso las más robustas y resistentes necesitarán unos cuidados y mantenimiento mínimos si quieres que te sean útiles y te duren mucho tiempo.

De las dos partes principales de unas gafas, que son la montura y las lentes, éstas últimas son las más sensibles y a las que hay que prestar mayor atención, ya que en el caso de que se dañen, las gafas perderán por completo su eficacia.

En verano, es normal que casi todo el mundo utilice gafas de sol. La luz es mucho más fuerte y éstas ayudan a tener una visibilidad más cómoda y a proteger los ojos de los rayos del sol. Pero también es normal que éstas sufran un uso más intenso y descuidado que las gafas de ver, ya que se llevan a la piscina y a la playa, o se meten continuamente en bolsos cada vez que accedemos a un lugar interior y se vuelven innecesarias.

Por esta razón, es importante que sepas cómo cuidar tus gafas de sol. No es complicado, pero sí que tienes que tener unas cosas en cuenta, a las que muchas veces no se le presta atención, y que te permitirán disfrutar de tus gafas de sol durante mucho tiempo como si fueran nuevas.

Consejos básicos para cuidar tus gafas de sol

  1. Nunca las limpies en seco. Aunque muchas veces todos hemos caído en la tentación de limpiar las gafas con la camiseta, o con un pañuelo, ésta no es la mejor forma de hacerlo. La opción idónea para limpiar las lentes de unas gafas de sol es con agua o, si tienes, un gel o jabón neutro para, por último, secarlas con una bayeta de microfibra. Esto es importante sobre todo cuando las lentes tengan restos de polvo o arena, ya que, si se limpian en seco, se corre el riesgo de que se rayen. Y algo similar puede suceder si se secan con un papel o una servilleta, por la naturaleza de estos materiales.
  2. Siempre en su funda. A diferencia de las gafas para ver, las gafas de sol se suelen considerar más como un complemento de moda o un accesorio, y no siempre se le presta la misma atención y los mismos cuidados. Por esto, es normal apoyarlas en cualquier lado, incluso sobre las propias lentes, o, al entrar en alguna tienda o un bar, meterlas sin cuidado en el bolso. Esto conlleva el riesgo de que las lentes se rayen con otros objetos como llaves o monedas o, incluso, que la montura sufra deterioros o deformaciones que conlleven a un uso incómodo o futuras roturas.
  3. No las dejes al sol. Es cierto que las gafas de sol son para protegernos de la luz y los rayos del sol, y que están pensadas para servir a altas temperaturas. Pero una cosa es ésa y otra cosa es dejarlas expuestas continuamente al sol o a temperaturas elevadas cuando no las estemos usando. Un buen ejemplo de esto es cuando se dejan fuera de su funda en el interior del coche, lo cual puede llevar a que tanto las lentes como la montura se deformen y pierdan efectividad.

Como ves, estos consejos básicos para cuidar tus gafas de sol no son nada difíciles de poner en práctica y, con ellos, conseguirás que tus gafas te sigan protegiendo como si fueran nuevas por un mayor periodo de tiempo.

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