Desconectar en medio de la naturaleza con las estrellas como único techo sobre nosotros y con la mejor compañía. ¿Te parece un sueño? Pues es real y existe. Te proponemos cinco destinos a los que viajar que te dejarán sin palabras. Ahora solo te queda decidir cuál es tu preferido.

BOTSWANA 

En la meseta de Bié, en Angola, en una zona bastante lluviosa, nace el Río Okavango. Atraviesa parte de este país, después una estrecha franja de Namibia, conocida como Caprivi y, tras un recorrido de casi 1.000 kilómetros, al no encontrar la salida al mar, desemboca en las áridas tierras del Desierto del Kalahari, anegando la planicie y formando el delta interior más grande del mundo, el Delta del Okavango. 

Deslizarse en mokoro, canoas talladas de una sola pieza en un tronco, entre nenúfares, papiros, en el silencio roto por el resoplido de los hipopótamos y el chapotear de los elefantes que se acercan a beber, caminar entre los islotes donde descansan las manadas de búfalos o percibir, a lo lejos a los únicos leones nadadores de la tierra. Es el sueño de los amantes de África. 

Y al finalizar el día, un baño relajante en el Sanctuary Baines’ Camp, situado en un bosque y rodeado de campos de papiro, en los fértiles canales del delta. Está construido sobre plataformas elevadas sobre el río Boro, en una concesión privada que bordea la Reserva de Moremi. Baines también es uno de los dos únicos campamentos que ofrecen la oportunidad de caminar con los elefantes. 

LAPONIA 

Los lapones, o mejor dicho, los sami, son los únicos indígenas de la Unión Europea y habitan en el norte de Finlandia, Noruega, Suecia y en la península Kola, al noroeste de Rusia. Poseen un rico patrimonio cultural y mantienen una íntima conexión con la tierra en la que habitan. Su antigua religión se basaba en creencias muy firmes del mundo de los espíritus y en el poder de la naturaleza circundante. Creían que todo estaba conectado a la tierra y que la tierra lo era todo. Adoraban a las montañas y a las masas de agua, y les ofrecían sacrificios. Creían que todo lo orgánico tiene alma. 

Una de las leyendas laponas más famosas hace referencia al inicio de la aurora boreal: el zorro recorría el cielo de la noche, sacudiendo el firmamento con su cola, dejando atrás un brillo espectacular para que los norteños pudieran ver durante las largas noches del invierno. 

Desde el mes de diciembre hasta abril, entre los mágicos hielos de la Laponia Finlandesa, muy al norte del círculo polar ártico, es posible disfrutar de las largas noches iluminadas por las auroras boreales en La Aldea de los Iglús de Kakslauttanen, cerca de Saariselkä. 

Viajar en familia a Laponia en Navidad es obligatorio una vez en la vida, incluyendo una visita al poblado de Santa Claus y una audiencia privada con el mismísimo Papá Noel. 

SUDÁFRICA 

En ocasiones, sobran las palabras. Con una imagen como esta no debería ser necesario explicar mucho más, pero nuestro deseo de compartir nuestras experiencias se impone y nos lleva a contaros que, en esta “habitación” (un apartado del Lion Sands Lodge), el paisaje africano se extiende hasta donde alcanza la vista, convirtiéndose en un lugar especial para capturar su inmensidad y esplendor. La casa del árbol es una plataforma lujosa y segura bajo las estrellas africanas, con todas las comodidades que un huésped puede experimentar en un lodge de lujo. 

Al atardecer, un vehículo 4×4 descubierto nos traslada hasta este treehouse, donde podemos disfrutar de unas bebidas y una deliciosa y romántica cena. Las horas del crepúsculo africano nos impregnarán de la inmensidad de la sabana africana, mientras se va transformando el día en la noche, antes de decirle adiós al día bajo un cielo nocturno inolvidable. 

PERÚ 

A tres horas de Lima se encuentra el desierto de la Reserva Nacional de Paracas, uno de los más áridos del mundo y cuyo nombre tiene origen quechua: “para” significa lluvia y “acca” arena, literalmente “lluvia de arena”. En algunos puntos no se tienen noticias de la última vez que llovió. 

En la costa de ese desierto, en la Reserva Nacional de Paracas, se sitúa el Hotel Paracas Luxury Collection Resort, experto en organizar actividades que dan un giro a lo que habitualmente se conoce de Perú: después de sobrevolar las misteriosas Líneas de Nazca, podemos ir, siempre en 4×4, hasta las zonas de dunas del desierto. Un lugar lleno de historia, cultura y paisajes sorprendentes. 

La travesía termina con un picnic de lujo en un ambiente onírico, bajo las estrellas, en esa carpa que invita al reposo y a la ensoñación. 

INDIA 

En el Libro de las Tierras Vírgenes (el Libro de la Selva, su título más actual), Rudyard Kipling hablaba de una selva imaginaria en el corazón de la India, un lugar frondoso y salvaje donde vivieron Mowgli, Shere Khan, Baloo, Baghera, Kaa y los anárquicos monos Banderlog. Esa selva era Seeonee. 

Pero, ¿es imaginaria? En efecto, en la India existe un distrito llamado Seoni y no muy  lejos, una reserva natural donde aún habitan tigres, venados, leopardos, jabalís y monos. 

Podría ser solo una coincidencia, pero el Parque Nacional de Bandhavgarh, en el distrito Umaria de Madhya Pradesh, debe su nombre a la colina más prominente de la zona que, según cuenta la leyenda, fue un regalo del dios Rama a su hermano Lakshmana. Las ruinas de una antigua fortaleza perviven aún entre la espesura. De ahí el nombre Bandhavgarh, que en sánscrito quiere decir: la fortateza del hermano.  

En el interior de esa reserva se encuentra el lujoso Hotel Mahua-Kothi, construido en el estilo local de las familias de la comunidad y con materiales ecológicos.  

En las noches se pueden escuchar rugidos cercanos y sonidos de animales que traen a nuestra mente las historias del Libro de las Tierras Vírgenes. 

Fuente: https://www.viajesdelujotaranna.com/  

TUDELA, MUY CERCA DE TI… 

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