El uso de lentillas, tanto por motivo estético (cambiar artificialmente el color del iris) o por problemas de visión, se ha convertido en algo habitual, gracias a la calidad, durabilidad y comodidad de las lentes blandas que permiten los continuos avances tecnológicos.
Sin embargo, muchos de los usuarios habituales de esta satisfactoria alternativa de las tradicionales gafas, desconocen las recomendaciones más básicas en el uso y cuidado de las lentillas, ya sea por dejadez o porque olvidan los problemas que una correcta limpieza puede acarrear a la larga a nuestra salud ocular. ¿Te gustaría saber algunas claves básicas? En Afflelou vamos a explicarte las más importantes. ¡Sigue leyendo!

Cómo mantener correctamente las lentillas

  1. Lo primero y básico: nunca te pongas las lentillas sin haberte lavado las manos antes o les transferirás toda la suciedad de tus dedos. Y más cuando son lentes de su prolongado, como las mensuales. Te evitarás los típicos y desagradables lagrimeos por una lente sucia nada más ponértela o una conjuntivitis por infección bacteriana.
  2. Trata de no aplicar cremas, aceites o productos untuosos cerca del ojo para no impregnar la lente y ensuciarla. A parte de que te impedirá ver con claridad, te irritará el ojo y es posible que tengas de que desechar la lente.
  3. Si vas a maquillarte para salir de casa, colócate las lentillas antes de ponerte a ello. De esta forma, terminarás por ponerte las lentes con los residuos de maquillaje en los dedos. Eso sí, ten cuidado de no manchar las lentes con rímel o con restos de colorete, porque en ese caso deberás quitártelas y limpiarlas cuidadosamente con su líquido correspondiente. ¡No las mojes con agua!
  4. En la medida de lo posible, intenta no ponerte delineador en el párpado superior, mejor solo en el inferior. Ahí es donde se encuentran las glándulas sebáceas. Al taparlas con el eyeliner o con sombra de ojos, lo que consigues es producir irritación y favorecer la sensación de ojos secos. La mejor alternativa es delinear el inferior solo y acentuar la mirada con el rímel, teniendo cuidado al aplicarlo para no ensuciar las lentes.
  5. Elige un rímel que no haga grumos. Esto evitará que fragmentos de pigmento entren se adhieran y manchen la lente o entren en contacto tu ojo. Al ser un producto agresivo, puede provocar picazón, lagrimeo o inflamación del párpado.
  6. No laves ni conserves las lentillas en agua.  Por muy limpia que pueda parecer el agua corriente de tu casa, ten en cuenta que ha sido tratada para que sea potable. El chorro puede contener bacterias que causen infecciones. Mejor utiliza los líquidos fabricados especialmente para preservar tu salud ocular y asegurar la vida útil de tus lentillas.

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