Pterigium: Patologías visuales provocadas por el sol

18 de junio de 2019

El sol es fuente de vida y alegría. Por ello, forma parte esencial de nuestros días durante los meses de verano y lo disfrutamos al máximo, aunque no hay que olvidar que si no nos protegemos puede ocasionar enfermedades serias.

Uno de los objetivos de la Fundación ALAIN AFFLELOU es informar de la importancia de proteger los ojos de los niños de los efectos dañinos del sol.

¿Por qué incidimos en la importancia de la protección solar infantil?

A lo mejor estás pensando que la salud visual de los adultos no nos importa. ¡Ni mucho menos! Simplemente es que los adultos, quizá por moda o comodidad, nos ponemos más las gafas de sol. Sin embargo, piensa en cuántos niños has visto por la calle con protección solar visual. Es bastante menos habitual.

Además, los daños que el sol produce en los ojos se acumulan a lo largo de nuestra vida, lo mismo que ocurre con la piel. Si se protege la vista del sol desde pequeños, se reducen mucho las posibilidades de sufrir ciertas enfermedades visuales en la madurez.

Y esta falta de hábito de poner gafas de sol a los niños, se debe, sin duda, a la falta de conocimiento sobre los efectos y enfermedades que puede causar el sol en nuestra vista y sobre todo en la de los más pequeños.

Para que sepas todo lo que debes sobre el tema, hemos decidido escribir una serie de capítulos de patologías que se producen por la incidencia directa del sol.

Capítulo I: Pterigium

Debido a la exposición continua al sol, puede aparecer un pterigium que es bastante evidente porque es un crecimiento de color blanco, de aspecto fibroso y vascularizada  habitualmente en la parte más próxima al lagrimal, pudiendo invadir la córnea y alterar la transparencia de la misma.

Los síntomas del pterigium incluyen enrojecimiento persistente, inflamación, sensación de cuerpo extraño, lagrimeo, ojos secos y con picor. En los casos más avanzados, el pterigium puede afectar la visión ya que invade la córnea y puede opacificar el centro óptico   Y si no se pone remedio y se trata, puede llegar a opacificar totalmente nuestra visión de forma irreversible.

Para evitarlo es necesario cirugía para eliminarlo y evitar la pérdida permanente de visión.

Se trata de un procedimiento muy controvertido, ya que los pterigiums tienen un alto porcentaje de recurrencia después de su extracción.

Esta es una condición muy común en aquellos que viven cerca del ecuador o en zonas donde el sol es especialmente agresivo, como en las zonas del desierto de Marruecos donde estuvimos haciendo revisiones solidarias en nuestra aventura de El Desierto de los Niños la pasada Semana Santa. En esos lugares, encontramos diversos casos de pterigium entre otros. La protección solar es, una vez más, la mejor prevención para evitar este tipo de patología ocular

Como está muy asociado con la exposición excesiva al sol, o al viento, el uso de gafas de sol protectoras en los niños, así como las gorras, y  el uso de lágrimas artificiales a lo largo del día puede ayudar a prevenir su formación o detener su crecimiento posterior.

A este primer capítulo de patologías provocadas por el sol, seguirán otros tantos. ¡No te los pierdas! Y, sobre todo, no olvides proteger los ojos de tus hijos este verano.