DÍA 7- Miércoles 24 de agosto de 2022: Erfoud Ciudad – Hannabou

25 de agosto de 2022

RISAS Y LÁGRIMAS

Hoy ha sido nuestro último día de revisiones. Estamos muy contentas por todo lo vivido y ayudado hasta el momento, pero a la vez tristes porque esto se acaba: una sensación agridulce. Ayer fue un día muy largo, larguísimo, tras revisar durante 12 horas y atender a todas las personas que acudieron realizarse la revisión. Así que nos fuimos rápido a la cama para descansar lo máximo posible y empezar la mañana a tope de energías. 

La primera actividad del día ha sido divertida: foto de grupo con todos los miembros de la caravana solidaria El Desierto de los Niños. La verdad es que nos hemos convertido en una gran familia… Y la verdad también es que, como gran grupo (75 personas), somos muy lentos posando. Hemos tardado mucho en hacer la foto porque cada uno miraba para un lado en el momento clave. Eso sí, por nuestra parte, la de las voluntarias de la Fundación ALAIN AFFLELOU, en esa gran foto hemos ofrecido nuestras mejores poses ante la cámara que nos enfocaba desde lo alto del albergue.

 

Como el acto de la foto de grupo ha tardado más de lo previsto, luego hemos aligerado en el desayuno y en el recorrido de 20 kilómetros hasta donde teníamos que revisar: uno de los barrios marginales del pueblo de Hannabou, en el área territorial de Erfoud, cuya población es de unas 10.000 personas.

La sala que nos han asignado para realizar las revisiones es el centro multidisciplinar del Hannabou, compuesto por varias mesas de costura, que han sido las mismas donde hemos instalado nuestras herramientas de trabajo. Previamente hemos tenido que pasarle un trapo a los muebles, ya que la noche anterior hubo una ligera tormenta de arena en la zona.

Igual que ayer en Merzouga, en Hannabou primero han pasado los niños, luego las mujeres y finalmente los hombres. Todos han sido encantadores y muy agradecidos con nosotras… Y, como siempre, nos han invitado a té y un picoteo de pastelitos y dátiles. Marruecos, además de su buena gente, tienen una comida exquisita. Menos mal que esta aventura solo dura 8 días, porque comiendo siempre así de rico y abundante acabaríamos hechas unas bolitas de cuscús. 


Esta vez hemos colocado tres gabinetes para el optotipo de visión lejana. Así hemos conseguido aligerar las revisiones y evitar que las personas esperen a que les llegase su turno (normalmente al sol y a unos 44 grados) lo menos posible. Y, cómo no, Juan Carlos Ortega (Bujarkay) y Mbarek Saidi nos han ayudado con la gestión. Estaremos eternamente agradecidas por su implicación.

El día se nos ha pasado volando, hemos hecho una parada para comer de media hora y luego hemos seguido hasta las siete de la tarde. Hemos conseguido el objetivo de revisar a todo el que se ha presentado.




De camino al albergue, durante el camino en la furgo y también en el propio albergue, ha pasado de todo: risas, lloros, abrazos, bailes, cánticos, suspiros y un largo etcétera de emociones que resumen lo vivido estos días con los habitantes del sur de Marruecos. Hablar sobre nuestra experiencia y soltar todas las emociones en estos pocos días nos ha hecho ser conscientes de lo privilegiadas que hemos sido viviendo esta aventura solidaria.

Mañana será un día duro: ¡Casi 10 horas de carretera hasta llegar a Tánger! Seguro que pasan muchas cosas buenas dentro de nuestra querida furgo Hyundai. Mañana os las contaré.