Mi bitácora: 16 de abril, Tafraoute – Merzouga

17 de abril de 2019

Esa noche fue especial. Después de las primeras revisiones, la adrenalina de la experiencia motivó que estuviéramos hablando sin parar de casos, experiencias y emociones. Pero el cansancio nos ganó y caímos rendidas, teníamos que descansar porque al día siguiente teníamos mucho por delante y queríamos dar el 100%.

Después del sueño reparador volvimos al Hospital para continuar con nuestro trabajo. Lo primero era lo primero, ¡para eso habíamos venido! el tiempo es oro y no podíamos perderlo.

 

Los primeros pacientes en aparecer fueron varios ancianos. Erica les recibía cariñosamente y los marroquíes agradecían nuestro trabajo con sonrisas y palabras de halago en bereber y árabe. En nuestro mundo, creemos que la salud es un derecho. Para ellos, no es así. La atención sanitaria es un privilegio. Por eso, reflejan un sentimiento de agradecimiento que rebasa los límites. Esa sonrisa, esas palabras de agradecimiento son pura gasolina para nosotras que nos motiva a trabajar sin descanso.

Os he hablado de Abdel que nos ayuda a entender a los pacientes, pero creo que Loubna y Siham también merecen un hueco en mi bitácora. La primera trabaja de enfermera en el hospital y nos ayudó anotando los datos de todos los pacientes antes de llegar a los puestos de graduación. Siham trabaja en la Oficina de Turismo y ha sido indispensable para la comunicación ya que maneja con fluidez árabe, bereber, francés y también español.

Chicas, vosotras también formáis parte de nuestro círculo de Ópticas Aventureras Solidarias. No olvidaremos vuestra gran ayuda para el éxito de esta acción solidaria.

Pero no solo recibimos la ayuda de estas voluntarias. Todo el mundo colaboraba. Incluso los mismos pacientes se ayudaban entre sí. Aquel que mejor entendía nuestras indicaciones, se encargaba de ayudar a los demás, especialmente a los más mayores que, a veces, se sentían abrumados y perdidos.

Ana y Eli, me comentaban que trataron un caso de una mujer de apenas 30 años con una miopía muy alta y solamente tenía visión en el ojo izquierdo. Venía acompañada de un niño, que afortunadamente tenía la visión perfecta. La ayuda del pequeño era fundamental para esta mujer que prácticamente estaba ciega. Ojalá el niño pueda mantener esa perfecta visión y seguir ayudando a su madre aunque con los perjuicios del sol del desierto, será una tarea difícil.

Cris, nos comentaba al resto que existen muchas diferencias de graduación entre los españoles y los marroquíes a las mismas edades. Si pudiéramos atender a muchos de ellos a edades tempranas, de adultos tendrían una visión mejor. Las revisiones tempranas son esenciales para la prevención y solución de varios problemas visuales. ¡Por eso son tan importantes!

Podría estar toda la bitácora contando la infinidad de casos que nos encontramos con unos problemas visuales tremendos. Pero me siento especialmente orgullosa de un caso en concreto. El de un joven que no se le desarrolló bien el sistema ocular. Apenas tenía una visión del diez por ciento. Tras mucho esfuerzo en el que trabajamos todas a unísono, logramos una pequeña mejora y así conseguir que al menos se marchara con una sonrisa. ¡Bravo equipo!

 

Cuando acabamos nuestro trabajo, decidimos comer con las voluntarias que nos habían ayudado tanto. Queríamos conocerlas más, disfrutar de su compañía fuera de los optómetros y bártulos. Fue una comida muy especial y enriquecedora.

Después de la comida, debíamos irnos hacia las dunas de Merzouga. Son 180 kilómetros desde Tafraoute a Merzouga y hay que partir ya. Mi alma se queda con todas esas personas que con su amabilidad hicieron que me sintiera útil. Sin embargo, solo se queda parte del espíritu porque aún nos falta mucho por delante y mucho que dar a otros pacientes.

En el camino hacia Merzouga disfrutamos de unos paisajes incomparables. Las dunas reflejaban el poder del infinito. Infinitud de arena y belleza sin fin.

 Y ya van 222 revisiones…

Firmado: Una Óptica Aventurera