Mi bitácora: 19 de abril, la despedida

20 de abril de 2019

Ya nos vamos y en mi cabeza suena sin cesar la canción de El final del verano del Dúo Dinámico. Esa sensación de melancolía irremediable que define muy bien los compases de esta pieza musical. Así me siento yo. Qué corto se me ha hecho…

Mi sueño cumplido, mi alma con todas las personas que he conocido, mi deseo: que hayamos puesto nuestro granito de arena para mejorar sus vidas. Creo que hemos dejado nuestra huella y muchos nos recordarán o al menos eso pienso yo.

La última noche fue muy emotiva, porque celebrábamos el 15º aniversario de la caravana de El Desierto de los Niños. Nos sorprendieron homenajeándonos por nuestras 700 revisiones.

Ana tomó la iniciativa de portavoz de nuestro grupo de ópticas aventureras y agradeció el homenaje destacando que aunque se han hecho menos revisiones que el año pasado, la dificultad de acceso a estas zonas remotas provocaba que tuviéramos que dedicar más tiempo al viaje y quedara menos para las revisiones. Sin embargo, era imprescindible llegar a estas zonas para ofrecer nuestra ayuda. Finalizó agradeciendo a la caravana por brindarnos la oportunidad de participar en este proyecto solidario.

¡Qué difícil fue despedirse de Abdel a la mañana siguiente! Tenía que partir rumbo a Marrakech . ¡Qué gran persona es Abdel! Solidario, accesible, siempre dispuesto a ayudar. Tú nos agradeciste nuestra labor antes de irte, nosotras te agradecemos tu ayuda y compañía. Sin ti no hubiera sido posible llegar a las 700 revisiones.

Nosotras teníamos por delante un largo camino desde Erfoud hasta Tánger. En el trayecto no pararon de surgir anécdotas sobre todo lo ocurrido en el viaje. Han sido días muy intensos en los que hemos sido una piña, y en el que nos llevamos amistades de por vida. Todas estamos ya pensando en volver a la zona de Merzouga para visitar a los amigos que nos han ayudado tanto para hacer realidad nuestra tarea solidaria.

Sin duda lo que todas destacábamos era la hospitalidad marroquí. Eli nos comentaba que a pesar de ser su segundo voluntariado con la Fundación ALAIN AFFLELOU, sigue sorprendiéndose de la amabilidad de la gente que nos ha acogido muchas veces dándonos todo lo que podían para agradecer nuestro trabajo.Todas quedamos encantadas de la experiencia, a pesar de vivir algunos momentos duros con gentes con tales dificultades que a una le sobrecogen.

Blanca y Erica por ejemplo, se llevan el recuerdo cariñoso de los niños, los besos, las caricias o tan sólo una simple mirada cómplice que tardarán en olvidar.

Y yo… yo me llevo todas las experiencias vividas: la ternura de Erica, la vitalidad de Eli, las locuras de Ana, la experiencia de Cris y la generosidad de Blanca.

Os estaréis preguntando qué óptica aventurera soy yo…

…Yo soy Erica, Eli, Ana, Cris, Blanca, Abdel, Álvaro, Juan Alberto… Todos los que han hecho posible esta gran aventura solidaria y que os la pudiera contar. Detrás de un viaje de estas características hay un gran equipo que sacrifica sus vacaciones por un objetivo solidario: mejorar la calidad de vida de otras personas. Un gran aplauso por vuestra generosidad.

Sin embargo, la historia no acaba aquí, en las próximas semanas prepararemos monturas y cristales para que pronto lleguen a sus nuevos dueños. ¡Seguiremos trabajando por un mundo mejor!

FIN DE LA BITÁCORA

Hasta el año que viene:

Firmado: Una Óptica Aventurera